domingo, 25 de marzo de 2018

¿Campo o Ciudad? ¿Calma o Estrés?


"Ya está aquí la Primavera"

Llegó la primavera y con ella el momento en que todos los seres vivos sufrimos cambios importantes. Las plantas explosionan espectacularmente y retoman su actividad de crecimiento y polinización. Muchos animales dejan su hibernación, los bellos durmientes despiertan en esta época. Otros cambian su pelaje, su plumaje. Las manadas se reúnen, es tiempo de interacción social. La metamorfosis de los insectos tiene lugar a lo largo de esta estación; los seres humanos sufren cambios hormonales, emocionales y conductuales.

En esta estación suelo salir al campo a oxigenar mis pulmones. Me gusta escuchar el canto y el reclamo de las aves; disfruto al máximo de la luz con que el sol nos deleita en esta época del año. Todo parece renacer, resurgir, resucitar.
En medio de este paisaje pintoresco, atractivo y fascinante; en el que mente, cuerpo y alma buscan al unísono el sosiego y la quietud; me abordan pensamientos acerca de lo privilegiada que soy.

Hace unos días estuve por Madrid, aún siento los efectos positivos y también en mayor medida  los negativos que me causaron dicha ciudad.
Por una parte, disponemos de todo tipo de Museos donde poder dar rienda suelta a nuestra parte artística; también contamos con todo tipo de centros comerciales a los cuales acudir según la necesidad, e incluso,  nos sirven de refugio en días lluviosos; además de lugares y rincones recónditos que podemos visitar. Siempre hay algo que hacer en tiempo de ocio, lo cual es muy positivo.
De igual manera se encuentran los aspectos negativos que a mi entender existen, y muchos, como: la masificación, las prisas, el bullicio, la delincuencia,  y sobre todo si tienes que conducir...
¡El tráfico es horrible! 
Casi todos tenemos GPS que nos guían generalmente bien, excepto cuando entras en el túnel que recorre toda la capital y pierdes la señal quedando a merced de la ventura que te toque vivir en ese momento. ¡El estrés está asegurado!

Como ya habrás observado, las diferencias hacen que haya un abismo entre ambos lugares. Cada uno de ellos despierta, al menos en mí, distintos sentimientos entre los que se encuentran la calma o el estrés.

A mí me encanta vivir aquí, muy cerquita del campo. Sentir desde mi terraza la brisa limpia; escuchar desde mi cama el canto de los grillos; despertar al amanecer con la conversación que mantienen entre sí las golondrinas. Supongo que será cuestión de costumbre, llevo muchos años aquí. Si bien es cierto, crecí en la ciudad.
¿Y tú, donde creciste?

Sin más, quiero dejarte con un texto de la Biblia que está relacionado con la primavera y dice así:

"¡Esforcémonos por conocer al Señor!
El Señor vendrá a nosotros,
tan cierto como que sale el sol,
tan cierto como que la lluvia riega la tierra en otoño y primavera."
(Oseas 6:3)

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María Soraya


Propietaria de "Un viaje por la vida"

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martes, 13 de marzo de 2018

"El Gigante"


Mis Gigantes

¿No es cierto que todos tenemos en común un mismo sentimiento ante los Gigantes y este es:
"El Miedo"?

¿Recuerdas la Historia de David y Goliat? 
Goliat era un paladín de los filisteos de unos 3 metros de altura. Durante muchos días desafió al ejército israelita hasta hundirlos en la turbación y el miedo.
"Y añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo.
Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo." 
(1ª de Samuel 17: 10 - 11)

El miedo es un sentimiento muy común en todos los seres humanos. En su justa medida no es malo, nos ayuda a guardarnos, "El miedo guarda la viña". Pero, si este pasa a ser un problema personal provocando en nosotros inseguridad, eso ya es otra cosa. Este tipo de miedo suele causarlo algún gigante que en su momento no se afrontó. Un Goliat que nos desafió, o peor aún, que sigue haciéndolo e incluso, su fantasma nos persigue toda la vida para intentar hundirnos en el temor y la turbación. 

Hace algunos años una película  (estoy segura que muchos habéis visto) logró emocionarme en gran manera. Esta se titula "Forrest Gump". Se trataba de un niño diferente a los demás, el cual sufría acoso por parte de los otros niños.  Su determinación ante los problemas que le ocasionaban fue: "correr".
Al principio, vi el correr como una buena opción que además inculqué a mis propios hijos. Sin embargo, con los años pude darme cuenta que de los problemas no hay que correr, ni huir, más bien todo lo contrario, hay que enfrentarlos. Si no les plantamos cara, surgirán nuevos Gigantes que nos oprimirán para siempre,  así que...
¡Toca enfrentarse! ¡Toca pelear! ¡No hay otra solución!

David era pastor y el más joven de su casa. Sus hermanos mayores se habían alistado en el ejército de Saúl. Este joven pastor fue enviado, por Elí su padre, al campo de batalla para llevar comida a sus hermanos y supervisar que estaban bien. David al llegar donde se encontraban y ver la situación, decidió pelear contra aquel que se había atrevido humillar a su pueblo: 
"Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo.
(1ª de Samuel 17: 32)

Desafía a tu Goliat así como este joven pastor lo hizo. Combate contra tu Goliat con la fe, con la esperanza en ese Señor y Dios que al igual que libró a David en tantas ocasiones, lo hará también contigo.
"El Señor, que me ha librado de las garras del león y del oso, también me librará de las manos de este filisteo (Gigante). Entonces Saúl le dijo:
—Anda, pues, y que el Señor te acompañe." 
(1ª de Samuel 17: 37)

Podemos dar vueltas y rodeos, pero realmente, ¿quién nos ayudará como el Creador a enfrentar cualquier situación, problema, o Gigante  pasado, presente o futuro?

María Soraya