miércoles, 28 de febrero de 2018

Mi Gran Carrera




Mi Día a Día
Era una mañana tranquila, apacible, no era diferente de cualquier otra mañana. Pero un despertar con olor a café y la mesa dispuesta con un apetecible desayuno, hacía que fuese... ¡Perfecta!

Después de varias vueltas en mi dulce lecho y de conseguir superar todo obstáculo, logré tener las fuerzas suficientes para levantarme de la cama; actividad que puede parecer normal, sin embargo era sumamente difícil dar pasos esa mañana. Mis pies estaban completamente doloridos, a pesar de calzar una de las deportivas con más prestigio en el mercado.

Hace más de tres meses que me operaron el pie izquierdo de Hallux valgus (Juanete), y de los metatarsianos. Creí que la recuperación sería más rápida y menos dolorosa (el aviso del médico no fue en vano).

En estas ocasiones pensamos que no va haber una recuperación total, no obstante, la vida nos cuenta un secreto: "todo necesita su tiempo". He de reconocer que en algunas circunstancias, como esta, me falta paciencia.

Un autor anónimo escribió: “Un momento de paciencia puede parar un gran desastre. Pero un momento de impaciencia puede arruinar toda una vida.”

¡Tómate la vida con más calma! dicen los médicos. "No hay motivo para impacientarse ni para ir con prisas, produce estrés".
El estrés no es un buen aliado, y menos aún, un buen amigo. En muchos casos es el causante de nuevos brotes en las enfermedades crónicas, en las enfermedades coronarias, trastornos menstruales, problemas en la piel, problemas digestivos, mentales, etc.

Pensamiento y conclusión: 
¡Sin prisa, pero sin pausa!
Para mí la vida es una gran carrera, pero personalmente creo que esta carrera no es de velocidad sino de fondo o resistencia. Y para correr en cualquier carrera necesitamos: fuerza, disciplina, paciencia, perseverancia, unas buenas zapatillas y la convicción de que merece la pena correr hacia la meta porque el premio que nos espera es inmejorable

"Corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios." 
(Hebreos 12: 1 y 2)

María Soraya

Dueña de "Un viaje por la vida"

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