martes, 22 de noviembre de 2016

¿UN MONSTRUO VIENE A VERME? ¡Te cuento mi secreto!

vida, verdad, arbol

"La Verdad a veces tan dolorosa... ¿como enfrentarla o encararla?

Queridos lectores y amigos:
Buenos días, buenas tardes, buenas noches...

Hoy me gustaría hablaros sobre una película que vi hace unos días en el cine, para ser más exacta en la fiesta del cine. Dicha película es aquella que ha hecho taquillazo y ahora es la película más vista del  2016, ¿sabes a qué película me refiero? "Un monstruo viene a verme".

He leído las críticas y hay de todo, ¡como en botica!
Algunos críticos dicen a favor: la delicadeza con que está narrada; Venciendo verdades; Crecer ante la muerte; Monstruosa realidad; Repelente a la vez que ejemplar, etc.
Otras críticas son negativas: No vayas a ver el monstruo, engendro comercial; Ni blanco ni negro... gris; Hueca; ¿Sensible o sensiblera?, etc.

A mi particularmente me encantó. Es una de esas películas que creo que no olvidaré jamás. Se trata de "un chico demasiado mayor para ser un niño, demasiado joven para ser un hombre", que sufre en la soledad  la terrible enfermedad terminal de su madre, el acoso físico y psicológico por parte de sus compañeros, y el apoyo condicionado por parte de su padre separado de su madre que ha rehecho su vida formando una nueva familia sin que el chico tenga un lugar en ella. 

El drama gira entorno a estos sufrimientos pero sobre todo, gira entorno a una verdad que le hace más daño incluso que la propia realidad. Una verdad tan profunda, tan dolorosa y al mismo tiempo tan legítima, como es desear que el dolor se acabe;  para ello el muchacho crea un mundo de fantasía y así escapar de los problemas con la ayuda de un monstruo, que no es ni más ni menos que su "Yo" interior, el cual lejos de ayudarle a escapar, le exige enfrentar la verdad además de todos sus miedos y temores.

En este viaje por la vida, Las Verdades suelen ser en ocasiones dolorosas, pero sin duda alguna nos tocará enfrentarlas y encararlas, la pregunta es... ¿cómo?

Yo te voy a contar mi secreto que es mucho más fácil y sencillo que crear un monstruo para hacer frente a los avatares de la vida.
Entro en mis aposentos, cierro la puerta y allí en lo más íntimo de mi alcoba me postro literalmente y derramo mi corazón ante el Único Espectador que puede ayudarme. Posteriormente siento una renovación inexplicable e indescriptible, produciéndose exactamente como dijo Jesús: "DESCANSO"
"Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar.(Mateo 11: 28) 

Esperando que esta pequeña reflexión te haya gustado, me hará muy feliz si la compartes, puedes darle a me gusta y dejar tu comentario, el cual estaré encantada de contestar. Lo que quieras hacer me parecerá genial.
UN ABRAZO y chao, chao, chao

María Soraya


viernes, 11 de noviembre de 2016

"LA AFLICCIÓN" ¿Enemigo o maestro?

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La aflicción: ¿Enemigo o maestro?

Queridos lectores y amigos:

Después de largos días de lectura, vídeos procedentes de cursos a los que me he inscrito, y un amplio recorrido por diferentes lugares de internet para mejorar este blog.
Me pregunto: ¿con qué temas podría enriquecer el blog, que a mis lectores les haga volver una y otra vez, encontrando en él su rincón particular de lectura?
Mientras lo pienso voy a compartir una experiencia.
Hace unos días tuve mi última cita de médico con una doctora especialista de la unidad del dolor (salí muy contenta).

Se dirige a mí la doctora:

- ¿Cómo estás Soraya?

Exclama la misma...

 - ¡Te veo muy bien!

Le contesto:

- La verdad, no estoy mal gracias a Dios

Y sigo conversando...

- Es que... ¡todo ha cambiado en mi vida!

- No trabajo fuera de mi casa
- No hago tareas domesticas
- Voy al gimnasio para fortalecer mi musculatura
- Y mi lema principal es: "Si hay solución, búscala y aplícala"

Contestó ella:

- ¡Genial Soraya!
Esa es la actitud.

La doctora era la primera vez que me asistía en la consulta, generalmente me toca un doctor, por lo tanto, solo conocía algo de mi caso por lo que pudo leer en mi expediente un momento antes.

Conclusión:
No siempre fue así de sencillo, llevo luchando con mis problemas de salud buena parte de mi vida que yo recuerde. A pesar de haber tenido buen aspecto, los problemas estaban ahí y además sin diagnosticar, siendo esta la parte más dura, el hecho de no saber que estaba ocurriendo en mi cuerpo en algunos momentos me desesperaba.

Cuando me diagnosticaron (de esto hace como seis años), los médicos se ocuparon de mi situación laboral. Las tareas domésticas de mi hogar aún estaban a mi cargo, hasta experimentar, que un brote tras otro invadían mi vida obligándome a pasar tendida muchas horas del día en mi sofá.
De modo que, sí o sí, debía de cambiar el chip ¡No quedaba otro remedio! ¡Había que tomar una decisión! ¡Mi salud estaba en juego!...


Importante, paso, acepta

Gracias al consejo de una muy amada amiga experta en la enfermedad, tomé la decisión de delegar mis tareas y dedicar el tiempo a cuidarme.

El otro día leí de una bloguera muy famosa que está pasando por el calvario del cáncer, decía así:
"Sin esta experiencia no habría aprendido de otra manera aquellas cosas que debía aprender..."
Uff ¡que fuerte! ¿no te parece?

"ACEPTACIÓN"
Aceptar una situación así no es fácil, más bien todo lo contrario, ¿Quién desea aceptar la enfermedad? sin embargo, es un paso importante para buscar y aplicar posibles soluciones si las hay.

¿Sabías qué? 
El Apóstol Pablo vivió algo parecido en su vida, situación que le estaba afligiendo bastante.
Le rogó tres veces a Dios que le fuera quitado...
"Tres veces le he pedido al Señor que me quite ese sufrimiento;  pero el Señor me ha dicho: «Mi amor es todo lo que necesitas; pues mi poder se muestra plenamente en la debilidad.» Así que prefiero gloriarme de ser débil, para que repose sobre mí el poder de Cristo.  Y me alegro también de las debilidades, los insultos, las necesidades, las persecuciones y las dificultades que sufro por Cristo, porque cuando más débil me siento es cuando más fuerte soy."
(2ª de Corintios 12: 8, 9, 10)

Después de rogar a mi Dios en varias ocasiones al igual que Pablo, aprendí que: "cuando más débil y vulnerable me siento es cuando más fuerte soy" 
¿Porqué?
Por que es cuando verdaderamente clamo a Él, es cuando realmente le busco con la necesidad de ser consolada, animada y levantada; Es cuando aprendo a depender de Él y no de mis fuerzas, coraje o vigor.
¡Me supero, me sobrepongo, en sus fuerzas, no en las mías!
Con el trascurrir del tiempo, he experimentado que las lecciones más importantes aprendidas a lo largo de mi vida, han sido en aquellos momentos en los que la aflicción, el dolor o la tribulación estuvieron presentes.
A este respecto, encontré una frase muy curiosa en un libro del escritor llamado Jeff Adams, que decía así:
"La aflicción no es nuestro enemigo, sino nuestro maestro"

Hoy quiero dejarte con este pensamiento querido amigo o amiga: ¿Enemigo o Maestro?
Darte las gracias por tu atención, deseando que te haya gustado, me encantará que lo compartas y así muchas personas puedan leerme, un millón de gracias.
chao, chao, chao

María Soraya