domingo, 20 de marzo de 2016

¡TIC- TAC!...

el reloj que mide los tiempos de Dios











(Fotos adquiridas de google)


 "Los tiempos de Dios"


QUERIDOS LECTORES...

Hoy quiero comenzar contando otra aventura, anécdota, suceso, historia; como queramos llamarlo, pero siempre basado en la verdad.

Hace como unos diez años, aproximadamente, fuimos a Sevilla para asistir a la boda de mi querida hermana y su prometido, para ello acudimos a la cita unos días antes y así pasarlos en familia. Nos hospedamos en el futuro piso de ellos.

Una mañana nos fuimos de paseo y a la vuelta accedimos a la comunidad gracias a unas personas que salían, con lo cual no tuvimos que usar las llaves; subimos unos pocos en el ascensor y otros por las escaleras. Seguidamente mi hijo trató de abrir la puerta, al ver que no se abría lo intentó mi esposo, como él tampoco pudo lo intentó mi hija, y visto lo visto, nos dispusimos a llamar riéndonos de la situación pensando que alguien había venido.

No esperábamos que un señor en paños menores, con cara de siesta y con un humor terrible nos abriese, diciendo así: ¡además de intentar abrir la puerta me vais a fundir el timbre! (gritando)

¡No podíamos creerlo! quedamos completamente impresionados por la situación; todos callados, mi cuñada preguntando por mi hermana y yo pensando: este señor se va a enfadar aún más, imaginar por un momento el cuadro... (y no un cuadro flamenco precisamente)

Después de disculparnos por lo sucedido, nos subimos de nuevo al ascensor y ahí rompimos a reír hasta hartarnos ¿Qué fue lo que ocurrió? esto tiene muy fácil explicación:
Como todas las comunidades son iguales, nos equivocamos y entramos en otra comunidad, al no usar las llaves desde el principio no pudimos darnos cuenta a tiempo ¡un Show!
A día de hoy cuando lo recordamos todavía morimos de risa. Una preguntita ¿estas aventuras son normales? JAJAJAJAJAJAJAJA.

¡Diez años han ya pasado de esto!
Cuan importante es el tiempo y no es en vano cuando decimos... ¡el tiempo es oro!
En la Biblia, se encuentra un pasaje en el libro de Eclesiastés capítulo 3 versículo 1 y 2 que dice así: "Todas las cosa bajo el sol tienen un tiempo y un momento: Hay un tiempo para nacer y un tiempo para morir; un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado"

Cuando mi día termina en algunas ocasiones, tengo la impresión de que aún me faltaron cosas por hacer y ese día ya no vendrá más. Es en ese momento que tomo conciencia y veo lo necesario que es aprovechar bien el tiempo ya que éste pasa más rápido de lo que esperamos. Todavía recuerdo de mi niñez esa sensación de tener toda la vida por delante ¡parece que fue ayer!...

El ser humano nace, crece, se reproduce y muere, y todo ello pasa en un período de tiempo diferente para cada persona; la vida pasa y el final llegará ¿y después?...
Gracias a mi Señor y su promesa tengo la seguridad de ese después ¿la tienes tú?... ¡piénsalo!
"En tu mano están mis tiempos" ¡Gracias Señor!


Mis queridos lectores gracias por vuestra atención, y os deseo una feliz semana, chao, chao, chao.

2 comentarios:

  1. Pues hace 14 años me ocurrió algo similar pero con diferente trance. Vivo en Ciudad Real aunque desciendo de un pueblo y por motivos familiares tuve que ir al pueblo y pasar allí la noche para al dia siguiente hacer unas cosas, pero hubo cambio de planes por la mañana volví a Ciudad Real a casa. El destino es muy curioso y chocante. Ocurría que hacia un par de dias habían puesto en la entrada del portal una doble puerta metálica como de adorno pero para evitar que la gente del botellón se metiera en el portal y de dicha puerta aún no habíamos hecho copia, con lo cual al llegar tenía que llamar a casa. El mismo destino que hizo anular los planes y volver antes, hizo que igual que en el artículo saliera gente del portal, con lo que entré sin llamar y subí a mi casa. En mi historia también aparece un señor dentro del piso, no solo en paños menores, sino sin paño alguno, para mas señas en mi cama y junto a mi pareja... A dia de hoy también es algo anecdótico y que me saca una sonrisa, pero aquella mañana, ninguno de los tres reíamos, bueno de los dos que quedamos ya que el buen señor qeu ocupó mi cama aquella noche, salió escaleras arriba con la ropa en la mano y no lo volví a ver...

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    1. Supongo que ya lo tienes superado, si no no te sacaría una sonrisa, la verdad, muy fuerte. Gracias por compartir tu experiencia.

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